miércoles, 25 de junio de 2008

En peligro de desaparecer invaluable tesoro taíno



La erosión y la intervención humana han dañado las inscripciones de decenas de petroglifos en San Lorenzo. ÁNGEL M. RIVERA



Esos petroglifos son joyas del arte rupestre taíno.

Por Ricardo Cortés Chico / rcortes@elnuevodia.com

San Lorenzo – No tuvo más que abrir el portón de atrás de su casa, bajar unas escaleras y caminar sobre algunos peñones para llegar hasta las inscripciones que por más de 500 años ha guardado el río Grande de Loíza.

Eddie García, de 56 años, sólo sabe que están allí, que como esas hay montones en este cuerpo de agua y que poco a poco se están borrando. No sabe de historias relacionadas a los petroglifos ni qué significan.

El tesoro arqueológico detrás de su casa en el sector Los Diez del barrio Quebrada Honda es, sin embargo, una de las mejores muestras del arte rupestre taíno. Muestran distintas formas, algunas que parecen caras, ranas, pulpos, entre otras. No obstante, son tan sólo un pedazo de una gran herencia arqueológica encontrada en la zona central y este del País.

“El arte rupestre es el inicio de la escritura. Todas las formas de escritura empezaron con grabados e imágenes que representaban algo y querían comunicar ese algo” Carlos Pérez, arqueólogo


Según el arqueólogo del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), Carlos Pérez, Caguas, San Lorenzo, Las Piedras, Juncos y Gurabo, son de los pueblos con más ejemplos de arte rupestre.

Se estima que en el río Grande de Loíza hay más de 200 petroglifos. Sólo en San Lorenzo, hasta el momento, se han encontrado unos 12 lugares con concentraciones de inscripciones y 10 yacimientos en terrenos cercanos al cauce.

En el río Guayanés se han registrado unas cinco piedras que contienen, entre todas, unos 70 petroglifos. En algunos casos se ha podido determinar un patrón en la distancia entre las localidades con arte rupestre de unos 100 metros. Una de las teorías existentes es que son marcas en el río para su navegación.

Pero la importancia de estas inscripciones no permanece únicamente en el ámbito arqueológico, sino que representa un potencial atractivo turístico para la zona.

Intento Fallido

En el 2002 el Departamento de Arte y Cultura del municipio de San Lorenzo entabló una colaboración con el Programa de Arqueología del ICP con la idea de trazar una ruta indígena con los petroglifos para así atraer turistas.

La iniciativa, sin embargo, “quedó en nada” tras el cambio de gobierno en el 2004, explicó el arqueólogo..

Fuente: El Nuevo Dia